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La historia de la fotografía en el Colegio de Lekaroz

Artículo:- Lunes, 24 de Noviembre de 2014 -

El legado, miles de imágenes históricas del que fue templo del saber, descansan en pamplona Lander Santamaría Archivo de Lekaroz/Padre José María de Elizondo

El padre José María de Elizondo también era aficionado a la fotografía. En cierta ocasión, coincidió en Londres, en el Congreso Internacional de Estudios Históricos, con el norteamericano Ezra Weston Loomis Pound (Idaho, 1885 - Venecia, 1972), más conocido por Ezra Pound, ensayista y uno de los miembros de la conocida como Lost Generation (Generación perdida), trabaron amistad y trabajaron juntos.

El padre José María de Elizondo, José Lazkoz Biguria en el mundo (Elizondo, 1878 - Islares, Cantabria, 1922) residió, estudió e impartió clases en el Colegio de Lekaroz y fue allí donde tomó contacto con la fotografía. En su estancia en Londres (representó en el congreso al Institut d’Estudis Catalans), y aprovechó para tomarle una fotografía a su amigo Ezra Pound, cuyo original con dedicatoria de su puño y letra está a la venta en subasta mundial para quien pueda pagarla.

El padre José María de Elizondo moriría de forma prematura en accidente de automóvil a los 44 años, pero no fue ni mucho menos el único capuchino en trabajar un arte que, desde la fundación de la casa en 1888 el padre Llevaneras tuvo especial preocupación en que se practicara en Lekaroz. “La fotografía apareció en Lekároz con la aurora”, escribe el padre Tarsicio de Azcona (Jesús Morras Santamaría, Azkona 1923) que también pasó por el colegio en su trabajo La fotografía en el Colegio de Lecároz (Baztán) editado en 2011 por la Universidad de Navarra.

El padre Llevaneras, como hizo en otras disciplinas con distintos capuchinos, encomendó el taller de fotografía de Lekaroz a fray Antonio de Antequera (1854-1937) cuya formación fotográfica (aunque no hay constancia documental) “debió realizarla en Pamplona y San Sebastián, centros en los que estuvo unido posteriormente”. Lo que es seguro es que el colegio dispuso desde sus primeros años de “un respetable taller de fotografía con cámaras de la casa alemana Karl Zeiss, con un amplio laboratorio compuesto de tres espacios para cámara lenta, el revelado en todas sus fases, en mate y en brillo, en cristal y en papel”, añade el padre Tarsicio.

fray fotógrafo El padre Llevaneras tuvo siempre en mente dotar al inicialmente Seminario Seráfico y luego colegio de cuya fama mundial y prestigio no es necesario insistir, de los últimos adelantos de la ciencia, lo mejor de lo mejor y en ese campo se incluía la fotografía. La nómina de responsables “que nos han dejado un legado de miles de fotografías” y nos facilita el padre Tarsicio empieza pues con Antonio de Antequera y sigue con Pedro de Madrid (extraordinaria su colección de imágenes de pueblos, de casas, caseríos, usos y costumbres del Valle de Baztan), Santos de Tudela, Rafael de Alegría, José de Lesaca, Agustín de Zumaya (que todavía, y que sea por muchos años, nos visita y deleita con su inmensa sabiduría) que “trabajó ya con microfilm y toma vistas”, Ambrosio de Lorca y el postrero en Lekaroz, el padre Inocencio de Etxebarri Urtupiña (padre Vidal Pérez de Villarreal, en el mundo), profesor de física y química “verdadero profesional en la materia”. De este último, nos queda el testimonio reciente y valioso en sus obras de investigación sobre la molinería, las herriko etxea y otros disponibles en los Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, de la Institución Príncipe de Viana.

En 1988 el cierre del colegio obliga al traslado al Archivo Histórico Central de Capuchinos de Pamplona, si bien “no está ordenado con perfección ni menos informatizado, lo que exige con clamor un experto en la materia”, se duele el padre Tarsicio de Azcona. Pero él mismo elabora y aporta una relación inicial que se podría seguir para llevar a cabo el trabajo.

El legado es impresionante, desde los primeros negativos en cristal (“existen cientos de piezas...”), paisajes del valle de Baztan, interior del colegio, Comunidad, grupos de religiosos y personales (en siete grandes álbumes, estos sí ordenados por Miguel Ángel Aparicio), las clásicas fotografías de cada curso escolar, fotos por especialidades, el asociacionismo entre alumnos, los viajes de estudios, el incendio de 1962 y el colegio nuevo. Toda la historia colegial, en definitiva.

La última vez que pudo verse (en parte) este auténtico tesoro cultural fue al crearse el Museo del Centenario, lo que fue oportunidad de disfrutar y de estimar su incalculable valor cultural. Entonces por el valioso e histórico contenido museístico, se quiso abrir al público (lo recordará el elizondarra Manolo Lizardi) pero ya no fue posible. Esa parte del contenido del templo del saber que fue el Colegio de Lekaroz se nos fue también de las manos.

ARCHIVO

Testimonio. El extraordinario valor del legado del Colegio de Lekaroz refleja la vida colegial pero además el progreso histórico de la fotografía desde su invención en 1839. P. TARSICIO DE AZCONA “LA FOTOGRAFÍA SE INICIÓ EN LEKAROZ CON LA AURORA

Desde su origen en 1888, el fundador Padre Llevaneras, se preocupó de dotar al colegio de los mayores adelantos en la pedagogía y la técnica mundial.