ARTÍCULOS DE INTERÉS

ELOGIO MUSICAL A LA PELOTA VASCA

Artículo: P. José Antonio de Donostia.

La pelota... Sensible, recubierta de piel como el cuerpo humano.
Redonda. Una persona no puede verla completamente de una mirada. Así la vida, el arte. Llena de posibilidadesrítmicas, obedece fielmente a la mano que la ordena. Sin vacilaciones se encamina al punto señalado. Roza el aire con la dulzura de una flauta debussysta en L´Aprês- midid´unfaune. Sin vanas introducciones, canta en el frontón la nota justa. Golpea el muro con fuerza. Así Le Sacre du Printemps en oídos masenetianos. Viendo interceptado su camino. Se vuelve para golpear con más fuerza.
Como unos acordes repetidos en una sinfonía de Beethoven.
Se desliza sobre la pared lateral de rebote con la dulzura silente de un glissando suavísimo en el arpa.
Como un bailarín suletino, no toca el suelo sino para lanzarse en alto. ( ElPobrecillo de Umbría en el cuadro de Murillo ).
Mano, pared, suelo. Tres puntos de apoyo, tres ictus de la frase rítmica de la pelota. Las arsis y las tesis se mezclan en ella para formar un punto, un tanto; gran frase, con su punto final, en que el movimiento muere. Así la melodía gregoriana que, después de haber desplegado sus melismas bajo las bóvedas sagradas descansa en el punto final.
Recogida al aire, sin esperar que llegue al suelo, queda sincopada. Suavemente salzada por una mano maliciosa tiene sorpresas que hace sonreir al público. Diríase de una música humorista..de Erik Satie.
No teniendo de por sí sino el elemento pasivo del movimiento--- la reacción--- posee todas las líneas y todos los ángulos. Hasta las curvas irregulares.
Lanzada al aire por un brazo hercúleo, se anega en luz y vuelve de las alturas como un enigma lleno de misterios.
Inerte de por sí, fatiga a los mozos más robustos de la montaña.
Ablanda los cuerpos y las almas.
Dócil y humilde se deja golpear por todo el mundo.
Volando como un pájaro unas veces y otras arrastrándose como la serpiente, atrae todas las miradas del pueblo vasco.
Su nombre suena con el claror de una campana.
Como el bronce, llama y reúne en la plaza a todos los vascos.
Todos los ojos se dirigen a ella. Todos los vascos se agrupan en torno suyo.
El entusiasmo que provoca en todo el país es un gran impulso, un gran arsis de la raza.
En este majestuoso ritmo racial se funden los ritmos más insignificantes de las más silenciosas plazas de Euskal- Herria.
Sobre este pedal de admiración del pueblo vasco se cruzan y entrelazan los diferentes contrapuntos de las rivalidades profesionales, aficionados y pueblecillos.
Pero la pedal siempre es el amor. Como todo lo de aquí abajo que toca el suelo, se mancha...con el polvo, con el barro...con la pasión, con las apuestas que han mancillado a esta divinidad de las montañas.
Contrapunto atonal en el concierto de la pelota. Numerosos altares le son dedicados. Conozco uno, blanco, refulgente, que tiene por fondolas montañas vascas, frontones gigantescos que Dios sembró en nuestro derredor.
Altar en que se rinde culto ferviente y sincero a esta divinidad eúskara. Se llama MARTIENIA.
Revista LECAROZ Nº 23 Marzo de 1929.
Artículo dedicado al Barón Jean de L´Espêe ( 1898-1972 ), gran amigo del P. Donostia.
Muy conocido en los círculos culturales de esa época en Saint Jean de Luz.
Hombre polifacético, escritor, músico, piloto de coches (participaba con un Bugati T35C en varios Grandes Premios, ganando alguno de ellos).
En su familia disponían de un magnífico órgano, similar al de Notre- Dame de Paris, construido por el célebre artesano CAVAILLÉ-COLL ( similar al de Lecároz??).
Director del Courrier de Bayonne
Personalidad política, fue elegido <> de los Bajos Pirineos por el cantón de SAINT-JEAN DE LUZ desde 1945 a 1951.
Gran amante de la navegación, disponía de un velero Clé de sol, donde había incorporado un piano de cola STENWAY a bordo.
En 1957, a los sesenta años, realiza su sueño de dar la vuelta al mundo en su velero, finalizando en St. Tropèz en 1963.
A su llegada le preguntaron, sobre la dificultad de tocar el piano a bordo, contestando el Barón lleno de humor, un piano de cola a estribor permite que las teclas negras en relieve, ofrezcan un apoyo de alojamiento para los dedos del pianista.